En un momento en el que todo el mundo parece ser experto en teoría queer , y en el que en determinados contextos este término se ha convertido en una especie de apelación al diablo, la lectura de un libro como Pasión y deseo , recién publicado de manera primorosa por Dos Bigotes, me ha ofrecido muchas claves para dislocar geopolíticamente el término y para ubicarlo, con toda su fluidez, en la matria donde crecí y en la que vivo. Cantares, cuerpos y resiliencias en el folclore andaluz es su subtítulo, el cual, pese a su contundencia, se queda corto en la tarea de resumir todo lo que encierra un libro que es como un torrente. O, mejor, como una larguísima bata de cola de la que parecen brotar ramas y ramas en las que las hojas nos hablan de memorias e identidades. Un malagueño jovencísimo, Roy del Postigo, graduado en Historia del Arte y especialista en arte contemporáneo y cultura visual, nos zarandea con esa cola verde y blanca que es cas...
Todas y todos estamos hechos de un tejido relacional que, a lo largo de los años, va configurando nuestra subjetividad. En concreto los hombres, socializados siempre para ser protagonistas en el espacio público y alcanzar un estatus que es el que da sentido a nuestra existencia, hemos tendido a descuidar los vínculos. Es decir, hemos entendido que esas redes – afectivas, de cuidados, de aprendizaje – formaban parte del espacio y del tiempo de las mujeres, mientras que para nosotros lo esencial era movernos con soltura, y competitividad, en un mundo en el que teníamos que responder fielmente a las expectativas de género. Es decir, a todos los objetivos que en nuestro caso han estado ligados al reconocimiento social, el éxito profesional y la demostración de una virilidad siempre sometida a examen por parte de nuestros iguales. En este contexto es fácil deducir que las relaciones se han convertido con frecuencia en prácticas serviles y acomodaticias. La sociabilidad, en definitiva, ...